martes, 24 de noviembre de 2009

El Beso

        El primer beso es en la mejilla.
El segundo en los bordes de la boca.
       El tercero humedece los labios.
               En el cuarto se asoma sutil la lengua.
    El quinto beso penetra buscando encontrarse.
Es en el sexto beso que las lenguas se entrelazan,
el abrazo rodea y las pelvis se estrechan.
Y en el séptimo . ¡Ah! El séptimo..."

Hugo Finkelstein

lunes, 23 de noviembre de 2009

EMPIEZA A DECIR “NO”

Estaréis todos de acuerdo que nuestra sociedad se basa en unos valores y una educación cristiana heredados a lo largo de siglos en Europa. Gracias a esos valores nos han educado en la predisposición de hacer el bien e intentar no ofender a los demás, aunque en muchas ocasiones sea a costa de nuestra propia convicción. Sobre todo el problema es más notorio en el trabajo. Cuantas veces nos pide algún compañero algo y por no decir “no” apechugamos y sólo somos capaces de murmurar para nuestros adentros. Pues ha llegado la hora de que seamos "Asertivos". Suele definirse como un comportamiento comunicacional maduro en el cual la persona no agrede ni se somete a la voluntad de otras personas, sino que expresa sus convicciones y defiende sus derechos. La asertividad se sitúa en un punto intermedio entre la agresividad y la pasividad. Aprendamos a decir “no” a los demás, sin ofender ni molestar y dejemos de inventar excusas. Hagamos de la Asertividad un complemento a nuestra educación. Seamos asertivos y no nos ofendamos cuando lo sean con nosotros. Si te piden el coche y no lo quieres dejar por el motivo que sea no te inventes excusas y di NO. Aprendamos a vivir con esos “noes” sin agredir a nadie y sin sentirnos agredidos por ello.
Os dejo para mí una de las mejores definiciones del “no”.
No
No es no, y hay una sola manera de decirlo.

No.
Sin admiración, ni interrogantes, ni puntos suspensivos.
No, se dice de una sola manera.
Es corto, rápido, monocorde, sobrio y escueto.
No.
Se dice una sola vez,
No.
Con la misma entonación,
No.
Como un disco rayado,
No.
Un No que necesita de una larga caminata o una reflexión en el jardín no es No.
Un No que necesita de explicaciones y justificaciones,
no es No.
No, tiene la brevedad de un segundo.
Es un No, para el otro porque ya lo fue para uno mismo.
No es No, aquí y muy lejos de aquí.
No, no me deja puertas abiertas ni entrampa con esperanzas,
ni puede dejar de ser No, aunque el otro y el mundo
se pongan patas arriba.
No, es el último acto de dignidad.
No, es el fin de un libro, sin más capítulos ni segundas partes.
No, no se dice por carta, ni se dice con silencios,
ni en voz baja, ni gritando, ni con la cabeza gacha,
ni mirando hacia otro lado, ni con símbolos devueltos;
ni con pena y menos aún con satisfacción.
No es No, porque no.
Cuando el No es No, se mirará a los ojos y el No se descolgará
naturalmente de los labios.
La voz del No, no es trémula, ni vacilante, ni agresiva y no deja duda alguna.
Ese No, no es una negación del pasado, es una corrección del futuro.
Y sólo quien sabe decir No puede decir Sí.
                                                           
                                                                                  Hugo Finkelstein.

miércoles, 18 de noviembre de 2009

Poli Bueno, Poli Malo


Bienaventurados los policías de buen corazón porque ellos ganarán el cielo.

¿Por qué digo esto? La verdad es que el otro día me gané el sueldo gracias a que un policía municipal no quiso multarme. Razones tenía para haberlo hecho, pero no sé por qué no lo hizo. Me dirigía yo por la calle Cuenca con mi ciclomotor a asistir a la presentación de un libro al lado de la plaza de La Reina cuando en un control de la Policía Local me paró un policía. Me dije, “ya está el lio”, porque iba sin documentación. Lo de siempre, “buenas noches, es un control rutinario, me permite la documentación” y claro yo a despistar, “si, tenga” y le doy el carnet de conducir. Después de echarle una ojeada me dice “muy bien, me deja la documentación”. “Es que… mire, he salido con mucha prisa, me han avisado casi sin tiempo en fin, que me la he dejado en casa”. Y el policía que empieza a darme una pequeña charla de concienciación para que la lleve siempre encima. “A ver, me permite el casco”. Eso no me lo esperaba. “Si tenga”. Y después de darle la vuelta al casco me dice, ¿“no sabe que su casco no está homologado?.Y empieza otra charla de concienciación sobre los cascos homologados. Al final me dejó seguir sin multarme y no os imagináis el descanso que tuve. Nada que ver con otro policía Local que hace un par de meses estando yo con mi suegro y mis dos hijos dentro del coche parado en doble fila, después de saludar me puso una multa de cien euros y no me dio opción a nada, aun diciéndole que yo estaba dentro y que ya me iba, que sólo había parado para recoger a mi suegro.
Bueno pues ya sabéis lo del poli bueno y poli malo.
Hasta otra.

sábado, 7 de noviembre de 2009

DOS CEREBROS

Quiero empezar con el cerebro de los hombres. El cerebro de los hombres está hecho de pequeñas cajas, y tenemos una caja para todo. Tenemos una caja para el coche, una para el dinero, una para el trabajo, una para la esposa, otra para los niños, etc. ¡Tenemos cajas por todos lados! Y la regla es “Las cajas no se tocan entre sí”. Cuando los hombres hablamos de un tema en particular, vamos a esa caja en particular, la sacamos, la abrimos, y discutimos sólo sobre lo que está en esa caja. Luego cerramos la caja y la ponemos con mucho, mucho cuidado para no tocar ninguna otra caja.
Ahora, el cerebro de las mujeres es muy distinto al de los hombres. El cerebro de las mujeres es una gran bola de cables. Y todo está conectado… con todo. El dinero está conectado con tu coche, tu coche al trabajo, los niños a tu madre. ¡Y todo está conectado a todo! Y todo está conducido por una energía que llamamos “Emociones”. Es una de las razones por las cuales las mujeres tienden a recordarlo TODO. Porque si tomas un evento, y lo conectas a una emoción se plasma en su memoria y podrá recordarlo para siempre.

Lo mismo pasa con los hombres, solo que no pasa tan a menudo. Porque francamente,



 nada nos importa. Ahora, todos los hombres tenemos una caja en el cerebro, que la mayoría de las mujeres ni siquiera sospecha. Esta caja en particular, no contiene NADA. De hecho, la llamamos “La Caja de la Nada”. Y de todas las cajas que los hombres tenemos en el cerebro… “La Caja de la Nada” es nuestra favorita. Es por eso que los hombres pueden hacer cosas típicas de zombis durante horas. Ya saben, como pescar, y ¡nos encanta! Es por eso que los hombres se pueden sentar frente a la TV y estar con el mando en la mano sin ver NADA. Claro, esto pone locas a nuestras esposas, y dicen: ¡Detente! ¡Es imposible que estés mirando algo! “No estoy mirando nada”.
La Universidad de Pennsylvania, hace algunos años hizo un estudio, y descubrió que los hombres tienen la habilidad de pensar en nada, ¡y aún así respirar! Las mujeres no pueden hacerlo ¡no pueden hacerlo! ¡Su mente nunca se detiene! Y no entienden “La Caja de la Nada”. ¡Y las vuelve locas! Nada vuelve más loca a una mujer, nada la irrita más, que ser testigos de un hombre haciendo NADA. Algunas mujeres dicen: ¡Oh! ¿Puedo ir a esta caja de la nada con él? Además entrarían y dirían:”Sabes, este lugar necesita algunas fotos…una mesita aquí, unas flores…” ¡¡¡NOOOO!!!


También tenemos la forma en que los hombres y las mujeres manejan el stress. Cuando un hombre está estresado, sólo quiere ir corriendo a su “Caja de la Nada”. Una mujer ve al hombre en ese estado vegetativo y le dice: ¿En qué estás pensando? En nada. “Tienes que estar pensando en algo” En nada de nada. Ahora, cuando una mujer está estresada, tiene que hablarlo. Si no lo habla, su cerebro literalmente… ¡Explota! Los hombres se sienten obligados a solucionarles sus problemas. Porque eso es lo que un hombre hace. Un hombre sólo le cuenta sus problemas a otro hombre, para que le ayude a solucionarlo. ¡Pero ella no es un hombre! Si tratas de ayudarla, ¡te matará! No quiero tu consejo, no quiero tu ayuda,
¡quiere que te calles y escuches!

miércoles, 4 de noviembre de 2009

SERENDIPITY

Actualmente estoy realizando un curso que inicié el día 28 de septiembre de Gestor Comercial de Servicios Financieros (asesor financiero). Es un curso de 559 horas y que acabará el 2 de marzo del 2010. Las clases se dan de 9h. a 15h. de lunes a viernes. Durante el curso habrá un periodo de prácticas en una empresa de 223 horas. Entiendo que es un curso donde la preparación es de altísima calidad y del que saldré bastante bien formado, y ese es uno de los propósitos por lo que inicié el curso.



Os cuento todo esto para situaros en la escena, ya que gracias a él he tenido un suceso de Serendipity.

Serendipity se define en algunos diccionarios así:

- Ocurrencia y desarrollo de eventos fortuitos en un modo feliz o beneficioso.

- Capacidad para hacer descubrimientos deseables por accidente

O también…

Encontrar algo magnífico mientras se busca otra cosa.

Pues eso es lo que me ha pasado. Un claro ejemplo de Serendipity, ya que al ir a un curso de Asesor Financiero, que es lo que buscaba, me he encontrado con algo magnífico, como son algunos compañeros y profesores que he conocido. Tengo que decir que mis relaciones sociales se han visto incrementadas (e-mails, teléfonos, Facebook, etc.) y tengo muy buenas vibraciones con algunas de ellas.

El viernes mismo nos vamos algunos a comer “arroz con cangrejo” en un restaurante de Pinedo. Además tenemos pendiente salir de cena y tomar algo por ahí. Una grata compañía con unas copas de vino y buena conversación mientras saboreamos un Steak Tartare y revuelto de setas con patatas.

Pero Serendipity no me vino a casa, como no suele hacerlo. Hay que buscarla y no pensar que vendrá por casualidad, "hay trucos para atraerla", como dice Guzmán en Serendipity (Alienta).

Os animo a que vayáis en busca de un Serendipity. Es una experiencia que por no esperarla te gratifica mucho más.

Quedáis invitados a comentar vuestros Serendipitys.

lunes, 2 de noviembre de 2009

Ya está bien

Los ciudadanos de a pie, los que no vivimos de la política, estamos sufriendo continua y diariamente agresiones en todos los aspectos de nuestra vida; un color político hace una cosa, más por brillar que por esa cosa en sí misma; los contrarios, a degradarla todo lo posible, sin mirar si está bien o está mal, ya que por definición, al hacerla los otros, está mal. YA ESTA BIEN DE SANDECES POLÍTICAS, y por favor, un poco de respeto para los ciudadanos, que somos los paganos y además les votamos.